Uno de los mayores lastres de la economía ecuatoriana son los trabajos precarios, con bajos ingresos; sobre todo en las pequeñas y microempresas.
De un total de 8’124.631 ecuatorianos con algún tipo de empleo, según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) con corte al 30 de abril de 2022, 5’339.470 (66%) están subempleados o en otro tipo de labores precarias e informales.
Esta realidad no solo explica los bajos niveles de ingresos en la economía ecuatoriana; sino también la baja competitividad de algunos de los sectores productivos más importantes.
Adriana Robles, economista e investigadora en temas de desarrollo empresarial, explicó que la formalidad es mayor en las actividades que concentran más grandes y medianas empresas; pero se precariza de manera creciente cuando aumenta la participación de micro y pequeñas empresas.
“En Ecuador no hemos podido crear las condiciones para que florezcan pequeños empresarios formales y con capacidad de generar empleo. No han existido nunca reales políticas públicas para reducir tramitología y trabas. Pero, sobre todo, para hacer más rentable la formalidad antes que la informalidad. Los gobiernos han visto a las empresas como una fuente de recursos, pero no de progreso social como ocurre en sociedades de pequeños empresarios como es el caso de Alemania”, puntualizó.
En promedio, agricultura, construcción, industria y comercio, que generan seis de cada 10 empleos en la economía, tienen niveles de informalidad que superan el 56%. En el otro extremo, sectores como el financiero y de seguros; y el de atención de salud, no superan el 20% de informalidad.